sábado, 21 de septiembre de 2013

Circular a Collado Jermoso entre la niebla.





Es un día cualquiera al final del verano.





Salimos de Cordiñanes para subir por La Rienda de Asotín a La Vega del mismo nombre. Y desde allí accedemos al refugio de Jermoso.





Nos lleva algo más de tres horas la ascensión al refugio. 





Mientras esperamos que despeje para poder contemplar todo el valle de Valdeón comemos un pincho para recuperar fuerzas.





Estamos a cuatro grados y hay que caminar por las nubes para combatir el frío.





Y eso que en el refugio Pablo nos ha dado un café bien calentito para entrar en calor.





Esto fue lo máximo que pudimos contemplar del valle de Valdeón.





Dejamos Jermoso para volver por Las Colladinas , Liordes y El Sedo de Remoña hacia Cordiñanes.





Se nos congelan las manos subiendo a Las Colladinas.





Seguimos camino de Liordes sin que las nieblas nos den respiro aunque parece que aumenta algo la temperatura.





"Después de una colina otra colina, después de un valle otro valle, después de un camino otro camino".




Le pregunto a mi compañero de excursión: ¿Y después de un prao?




Contestación: "otro prao".





Conclusión: mi compañero comienza a estar un poco cansado.





Y es que Picos es Picos y siempre puede contigo. 





Desde Las Colladinas bajamos a Liordes para continuar por el sedo de Remoña. Siempre voy por aquí porque la canal de Pedabejo es mucho más larga y apestosa.





Desde Remoña dejamos la pista que va al puerto de Pandetrave a la izquierda y tiramos por el sendero que nos lleva a Valdeón.





Bajamos hasta Cordiñanes que nos lleva un buen rato, eso sí comiendo arándanos y berbiendo en la fuente que hay al inicio del pueblo.




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