martes, 18 de junio de 2013

Bailando con las nieblas en Pico Jario.





Partimos de Oseja de Sajambre, un pueblo de León que convive con Asturias, pero que se está muriendo como tantos otros. 





Yo dejo los problemas aparte, no me competen, y me voy a caminar por las nubes. No quiero bajar a la realidad, quizá no merece la pena. 




Eso si, quiero decir que disfruto con el paisaje de esta tierra, pero quiero que continué con las vacas, cabras y ovejas, aunque los urogallos  fantasmas no vuelvan. Con lo que hay que acabar es con todos los aprovechados que se benefician de sus contactos con los políticos de turno. 




Estar por encima de las nubes te marca la relatividad de las cosas. Que diferentes se ven según donde estés o como te sientas.





Te sientas, contemplas el paisaje y sueñas despierto. Quizá algún día junto a muchos mas consigas que el mundo cambie. 





Aquí arriba a la Primavera este año le cuesta arrancar. No termina de llegar el buen tiempo. Pero poco a poco vuelve el verde.



Pico Jario nos muestra su cara más amable , cuando coronemos estaremos a 1.913 metros.




Mientras tanto las vacas de Juanma siguen su camino en busca de pastos más apetecibles. Cuidado con las cornisas.




La silueta de Peña Santa nos acompaña en el último tramo de la ascensión. No se las veces que he subido hasta aquí, pero no deja de sorprenderme.




El buzón de cumbres. Ya sólo queda bajar, pero con otro sentimiento, con la sensación de haber cumplido la misión del día. Esto no da dinero, simplemente te da fuerzas para volver a tu mundo imposible.




Quizá no me entiendas por perder el tiempo en subir montañas como esta, quizá este un poco loco, pero es lo que mejor se hacer. 




Impresionante, lo mejor la compañía, y después ..............., toca seguir hacia ninguna parte, o camino al cielo azul del fondo. Ya sé a donde quiero ir.




Siempre nos queda seguir, lo mejor está por llegar. Nunca te rindas y lucha por lo que crees, la respuesta como siempre, en nosotros mismos.




Al día siguiente estaremos en su cima. El Collau Zorru envuelto por las nieblas. 




Volvemos al pueblo, después de cinco horas de camino. No recuerdo las veces que he hecho esta ruta. Pero seguiré, Pico Jario me ha dado momentos inolvidables. 




Buenas noches y buena suerte. La respuesta está en el viento y hoy en las nieblas. Nieblas que se disiparan para un nuevo amanecer. Vive y deja vivir.



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