lunes, 24 de junio de 2013

En Niajo comenzando el verano 2013




Niajo con 1.739 m  forma con El Pozalón con 1,743 m 





 el gran cordal que separa el valle de Sajambre y el valle del monte Peloño en Ponga. Es el mundo del vacío, aquí sientes lo pequeño que eres.





También es de los pocos lugares desde donde podemos contemplar los cinco pueblos que conforman el concejo de Sajambre: Oseja de Sajambre.





Ribota.




Vierdes.




Soto.





Pio.





Y como en Ribota estaban celebrando la fiesta de San Juan:





Mientras tanto las nuevas generaciones de rebecos se abren paso acompañadas por sus madres. 





Habría que conservar lo que hay, como estos rebecos, no gastar el dinero en recuperar un urogallo que no existe en estos lares. 





Pero como los humanos nos consideramos, por lo menos algunos, seres superiores que podemos cambiar el entorno a nuestro antojo. Así nos luce el pelo. No encuentro el placer en matar a estos pobres bichos. Bueno tampoco lo encuentro en el tabaco, pero si en contemplar estas estampas en vivo.





Y por fin llegando a la primera cumbre, El Pozalón que nos descubrirá el secreto del mundo al que estamos accediendo. 





Lo primero que piensas al llegar es de aquí no paso. Te sientas un poco, lo estudias y te dices lo voy a intentar.





Pero no es para tanto. En el pueblo te dicen que es complicado, pero con un poco de intuición se pasa bien, siempre que no esté mojada la hierba o no haga viento.





Eso sí son entre 20 y 30 minutos de adrenalina en estado puro, no puedes perder el control. Tienes que ir con todos los sentidos puestos en lo que haces.





Aquí no tenemos cuerdas de agarre ni nada que nos pare salvo nuestras propias manos. No será excesivamente complicado pero es en libre. Es decir si te equivocas se acabó todo. Así que hay que ir con cuidado y con mucha calma.





La recompensa, disfrutar de una de las mejores vistas de Los Picos de Europa.




Así que os recomiendo subir aquí aunque sólo sea una vez en la vida. Ves el mundo de otra forma.





Y contemplamos los mundos perdidos de los pueblos de Los Beyos, como Tolivia, a punto de perderse ya para siempre.





Canto Cabronero nos separa del macizo occidental de Los Picos.




Mientras toca volver, aunque podríamos haber bajado hasta la campera de Niajo y a Ribota.




Los buitres nos vigilan, pasan una y otra vez por encima, Contamos hasta nueve.





Mientras nosotros ya nos vamos, otros inician el camino. Y como siempre la respuesta está en nosotros mismos. Podemos más de lo que pensamos. Y no te puedes parar aunque temas las consecuencias de a donde vas. Que no te paralice el miedo a lo desconocido. Que las nieblas se disiparan, que sacarás fuerzas de donde no te quedan. Seguiremos subiendo montañas y cuando lleguemos a las cumbres seguiremos sorprendiéndonos de la belleza del otro lado. Como decía la película "que bello es vivir". Toca volver a Pio. Buenas noches y buena suerte.



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