lunes, 13 de mayo de 2013

Camino de Carombo.


No hace mucho tiempo alguien, no importa quien, me dijo que estaba loco, que necesitaba ayuda de un profesional, de un psicólogo o psiquiatra, fue lo que entendí, porque hacía cosas que no eran normales. "Loco es el que lleva la contraria a la realidad en que vive" 



Al fin me he dado cuenta, estoy como un cencerro, pierdo el tiempo en el monte, disfruto peleándome con la nieve, pero eso sí, no me importa la vida de nadie.



Estoy loco por sentir las sensaciones que me ofrecen los Picos de Europa, porque Picos es otra cosa, es otro mundo.



Me pierdo entre Vegabaño y Carombo, voy camino de ese mundo perdido del río Dobra, afluente del Sella.



Mientras Amieva supo sacar partido del Parque y cobrar unos millones de euros, Sajambre se quedó con los beneficios de la caza. 



Pero seguimos bajando hacia ese mundo perdido que es Carombo.



Donde la Naturaleza se desboca y nos muestra su fuerza, nadie puede con ella ni siquiera el hombre.



El Dobra se esconde en estos parajes sorprendentes y nos acerca a un mundo de meigas y magia donde ya no viven las brujas, viven los venados, y yo de paso.



Si seguimos llegamos a La Jocica, pero hoy toca dar la vuelta a Vegabaño, así que tenemos que subir bordeando La Cotorra.



Aquí andan a sus anchas los venados sin que nadie los moleste. 



Mientras la Primavera se va imponiendo a pesar del lluvioso tiempo que nos acompaña desde el invierno.



Al final logramos ver a Peña Santa de Castilla, que se nos escondía una y otra vez entre la niebla



Y aquí tenemos a la Forcadona esperándonos hasta el verano. 



Terminamos el día en Oseja de Sajambre, para llegar a los lagos al día siguiente. Y yo sigo estando tan loco como cuando empecé. Es mi mundo.



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